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14 de mayo de 2011

ÉTICA DE LA EVALUACIÓN


Ética  profesional: Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana (RAE, 22ª Edición)

Es necesario que todo docente como educador, maneje elementos éticos y desarrolle un sistema de evaluación que permita que el proceso se haga en forma verdaderamente educadora, que no sea un proceso que corrompe, aniquila o envenena, sino que sea un poder que genere vida, crecimiento personal y entusiasmo por ser mejor.
El poder de educar o de alienar
  •  Es importante que el docente acepte a sus alumnos como personas (no se pierde le estatus ni el prestigio.
  •  Abandonar actitudes tiránicas, autoritarias o arbitrarias.
  • No dejarse llevar por favoritismos
  • El respeto mutuo entre el docente y el discente.
  • El estudiante tiene derecho a un trato justo, igualitario y a la vez distinto.

Un proceso educativo ético es una oportunidad no sólo para aprender más, sino también para crecer como personas tanto por tanto de quien evalúa  como de quien es evaluado.

PREPARACIÓN DE LA EVALUACIÓN, ¿PLANIFICAR O IMPROVISAR?
El docente espera que sus alumnos siempre estén listos para demostrar lo que saben y lo que pueden hacer.
La evaluación no debe ser una batalla donde estudiante y docente son adversarios
La evaluación debe responder a objetivos y a un plan que sea conocido previamente por sus estudiantes. No hacerlo equivale a un ataque sorpresivo, con alevosía y ventaja que puede llevar inconscientemente a actitudes incorrectas por ver sufrir al grupo.
Es parte de la ética de todo docente, cuando evalúa,  avisar al estudiante de momentos especiales o fechas en que será sujeto muy activo de la evaluación.
Es ético permitir que todo alumno se prepare para ser evaluado.
Toda forma de amenaza, de venganza o de represión queda fuera en dicho momento para convertirse en un momento de reflexión para la mejora.

RESPETO POR LA PRIVACIDAD DE LOS ESTUDIANTES
Es parte de la ética de la evaluación que el sujeto evaluado no sea humillado o excesivamente exaltado o ensalzado, como producto de los resultados de las evaluaciones.
Elogiar desmedidamente o criticar duramente a unos en comparación de los otros, deja efectos negativos, crea resentimientos y provoca traumas o complejos.
Es positivo respetar la privacidad de los estudiantes.
Es fundamental acercarse a cada uno de los estudiantes como persona, interesarse por cada uno, no como número, sino como persona, como semejante, como otro en el que se refleja el docente.
Ningún médico divulga los resultados de los exámenes de sus pacientes para que mejoren la salud por vergüenza. Tampoco la persona docente debe hacerlo con sus estudiantes. Es más ético comentar los errores personalmente, con disposición a que el evaluado pueda mejorarlos.
¿AVERGONZAR O ELOGIAR?
Una condición altamente ética y poco respetada en las instituciones educativas es la confidencialidad de los datos recogidos con los estudiantes.
No significa que haya un total secreto de las libretas de calificaciones, de certificados y de documentos en los que se registran las evaluaciones, pero sí exige que esta información no sea divulgada entre docentes, ni a otras personas que no les compete conocer el rendimiento académico del estudiante.
Todos los alumnos tienen derecho a que se les respete su intimidad, a sentirse seguro y no humillado y con buenos deseos de mejorar.
Sentir respeto y amor por los alumnos no es muestra de debilidad. Por el contrario es una muestra de humanidad y la evaluación debe ser un proceso altamente humano.
Un golpe físico ya no es admisible en el proceso evaluativo, pero también se debe tener cuidado con los golpes psicológicos, aquellos que no se ven pero que pueden dejar una profunda cicatriz.
La evaluación no es una guerra, es una forma de mejorar.



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