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14 de mayo de 2011

FUNCIÓN ORIENTADORA Y MOTIVADORA DE LA EVALUACIÓN

 FUNCIÓN MOTIVADORA
La motivación es una atracción hacia un objetivo que supone una acción por parte del sujeto y permite aceptar el esfuerzo requerido para conseguir ese objetivo. La motivación está compuesta de necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas.
Constituye un paso previo al aprendizaje y es el motor del mismo. La ausencia de motivación hace complicada la tarea del profesor. También decir que la falta de motivación por parte del alumno queda a veces fuera del alcance del profesor.

SU FUNCIÓN ESTÁ RELACIONADA A LOS TIPO DE MOTIVACIÓN
Motivación relacionada con la tarea, o intrínseca: la asignatura que en ese momento se está estudiando despierta el interés. El alumno se ve reforzado cuando comienza a dominar el objeto de estudio.

Motivación Extrínseca:
Es extrínseca cuando el alumno sólo trata de aprender no tanto porque le gusta la asignatura o carrera si no por las ventajas que ésta ofrece.
Contraria a la MI, la motivación extrínseca pertenece a una amplia variedad de conductas las cuales son medios para llegar a un fin, y no el fin en sí mismas.
La evaluación oportuna, necesaria y bien organizada favorece el incremento de la actividad cognoscitiva del estudiante, propicia el trabajo independiente, contribuye a la consolidación, sistematización, profundización y generalización de los conocimientos y la motivación por el estudio
La motivación como la fuerza polivalente que impulsa y mueve a la acción a los sujetos adoptando conductas determinadas, fortalecerá la relación profesor-alumno, la cual incentivará al educando a descubrir los diversos motivos que lo animen para ser constantes, persistentes y responsables en sus estudios y trabajos, hasta concluir el proceso de enseñanza.




INDICADORES QUE PERMITEN DESARROLLAR LA  FUNCIÓN MOTIVADORA
Relación de la materia con el campo profesional del maestro
Forma de interacción y motivación del profesor
Organización de actividades con propósitos definidos
Estimulación del razonamiento
Orientación de la ansiedad

FUNCIÓN ORIENTADORA
Permite al alumno tomar conciencia de su aprendizaje y, a partir de ahí, implicarse más en el mismo, a la vez que ayuda al profesor a introducir los cambios necesarios en la enseñanza, actividades de apoyo y refuerzo
Esta función está íntimamente ligada al momento de evaluación inicial y a los efectos que de ella se extraen: diagnóstico y pronóstico.
Dentro de esta función orientadora se tiene en cuenta el diagnóstico por su doble papel orientador.
La evaluación diagnóstica es un proceso que pretende determinar:
Si los alumnos poseen los requisitos para iniciar el estudio de una unidad o curso.
En qué grado los alumnos han alcanzado ya los objetivos que nos proponemos en esa unidad o curso (conocimientos, habilidades, destrezas, etc.).
La situación personal, física, emocional y familiar en que se encuentran los alumnos al iniciar el curso o una etapa determinada.
Esta función debe servir para reconducir el proceso tanto por parte del profesorado como del alumnado, orientándolo hacia las metas previstas, desde una perspectiva de mejora.
Evaluar no es sólo conocer lo que ocurre o reconocer los errores, problemas o deficiencias, sino que lo verdaderamente importante de la evaluación es su posibilidad de reconducir el proceso con miras a la mejora.
Si la evaluación cumple esta función orientadora las actividades de apoyo y refuerzo dejan de ser un ejercicio mecánico y rutinario que no conduce, muchas veces, a avances significativos, haciendo posible que el propio alumno encuentre el sentido a dichas tareas y le resulten realmente útiles.

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